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Mario Pasik: “Juego a ser villano, y si me creen, mejor”

En “Lo habrás imaginado”, uno de los estrenos de esta semana (se puede ver desde hoy en Cine.Ar, de forma gratuita), Mario Pasik vuelve a ponerse uno de sus disfraces preferidos: el de villano. Sin embargo, lejos de los hombres malvados que encarnó en otras circunstancias, esos que amamos odiar, su criatura en el policial negro de Victoria Chaya Miranda es un personaje estremecedor, un hombre de la elite política y social parte de un círculo de pedofilia en el que involucró a su propia sobrina.

“La película habla de un tema que creo que hasta hace algunos años se escondía debajo de la alfombra. Por suerte hace algunos años se batalla para que la gente pueda liberar eso que tiene guardado”, afirma, en diálogo con EL DIA, Pasik, que encarna al “tío Ángel”, hombre protegido por toda su familia y también por todo un aparato político, que fuerzan a la protagonista, Abril, a creer que aquel abuso que ocurrió hace tiempo “lo habrás imaginado”: de allí el título “tremendamente sugerente”, afirma Pasik, del filme que combina una investigación profunda en las redes de pedofilia y trata de menores con una ficción construida en el marco del género negro.

En la cinta, Ángel regresa a la vida de Diana, que carga sobre el cuerpo y la mente las marcas de su traumático pasado. También regresa un amigo de la infancia, Guillermo, un hombre de inteligencia encarnado por Carlos Portaluppi que investiga la red de trata en la que está involucrado el personaje de Pasik. Como es propio del género, habrá personajes espurios, misterios, giros y nada se resolverá de forma limpia, aunque quedará claro que el daño que se realiza a las víctimas es tal que no hay posibilidad de justicia, al menos humana.

“Es un período histórico, un momento absolutamente particular, que vivo con dolor y curiosidad”

El actor porteño, de gran recorrido sobre tablas y muchos personajes emblemáticos en la tevé, desde “Verano del 98” y “Son amores” a “Cien días para enamorarse”, afirma que esta aproximación de la directora a un tema tabú, desde el cine de género, permite que “la trata sea visibilizada”, y “desde lo que yo hago, me permite realizar un aporte para poner las cartas sobre la mesa e instalar el tema”.

“En este mismo momento, debido a todo lo que está pasando en el planeta, tenemos la obligación de permanecer en nuestras casas… y hay casas y casas, casos y casos”, lanza preocupado Pasik. “Entonces, está muy bien que la gente pueda visualizar que no todo tiene que quedar entre cuatro paredes, que se puede abrir, liberar”.

Ahora, ¿cómo es meterse en la piel de un personaje con el que resulta difícil empatizar? Pasik explica que “me ha tocado hacer varios malditos en mi vida, asesinos, torturadores, y trato de entender qué parte defienden: nadie anda por la vida diciendo ‘soy un hijo de puta’”: y Ángel, explica, lo que tiene con su sobrina es “una relación de amor perverso: eso es lo que sostiene la situación”.

“Me gusta decir que yo juego, y si me creen, mejor: yo no soy ese, estoy jugando y quiero que me crean”, explica Pasik su proceso, el villano televisivo por antonomasia para la generación que creció con “Verano del 98”, un papel que recuerda como “un villano medio de historieta, medio bizarro”, dice entre risas.

“Me gusta jugar con todos los colores”, dice sobre el desafío de interpretar ahora otro tipo de villano, y explica que en su vida actoral siempre lo han impulsado los desafíos. “Después de hacer ‘Son Amores’, donde hacía un villano con chiste en el marco de una comedia, no tenía ganas de seguir haciendo tiras. En Pol-ka me ofrecieron dos capítulos de ‘Mujeres asesinas’, donde tenía que interpretar otro color, totalmente distinto, pero al poquito tiempo me llamaron para una tira, otra comedia… y yo venía de dos años de ‘Son amores’, quería hacer de otra cosa. Pero me dijeron que era para hacer de un extraterrestre. Y dije ‘venga’”, se ríe. “¿Cuándo voy a tener la oportunidad, como actor, a encarnar un tipo de otro planeta?”

“Es por el juego, el ‘dale que yo era’ de los chicos”, agrega sobre su entusiasmo ante nuevas oportunidades y papeles diferentes, “aunque un poco más pulido, trabajado”.

DÍAS DE CUARENTENA

“Lo habrás imaginado” se estrena hoy en las pantallas digitales, a la espera de la reapertura de los cines, y Pasik espera que el encierro ayude a que “la gente tenga tiempo y recomiende verla. La expectativa, de todos modos, está en tener un estreno como corresponde, pero han quedado tantos pesos pesados de las productoras importantes en gatera, que se va a hacer un poco difícil encontrar salas predispuestas a una película de otro tono”.

El actor cuenta, en tanto, que pasa los días de cuarentena “viendo cine, y tratando de no quedarme al margen de la información y que tampoco me invada de una manera que me paralice”: revela que está preocupado por el freno en la industria, que llevó a suspender, entre tantos proyectos, la gira de “¿Qué hacemos con Walter?”, la obra de Juan José Campanella a la que Pasik se sumó en el verano, y que se preparaba para salir de gira.

“Está bien que se pueda visualizar que no todo tiene que quedar entre cuatro paredes, que se puede abrir, liberar”

“Teníamos mucha fantasía, porque el espectáculo gustaba mucho. Ojalá se retome cuando esto se aplaque”, dice.

“Espero que la gente juegue con la necesidad de reencontrarse, porque en el teatro respiramos juntos los que estamos arriba y los que están abajo. Estamos, al mismo tiempo”, dice, aunque a la vez ve lejana una reapertura: “Veo programas grabados y me parecen antiguos, porque la gente se toca. He estado en funciones donde alguien tosía, y a lo sumo si era muy insistente alguien lo callaba, lo invitaba a ir a toser al hall. Pero ahora, si alguien tose o estornuda, 200 personas van a correr al hall”.

“Esto va a pasar, va a terminar en algún momento: es un período histórico que de alguna manera, un momento absolutamente particular, así que lo vivo con curiosidad y dolor”, analiza. “Y siento que es una crisis de alguna manera necesaria, muchas veces uno, desde el pequeño lugar que ocupa, ha sentido que tiene necesidad de parar el mundo, de que así no era, que no había que hacer esto con la pequeña piedrita que somos en el espacio. Y creo que algunas respuestas se están dando”.

“Hoy me río, porque ‘¿Qué hacemos con Walter?’, la obra que venía haciendo, hablaba de un consorcio, y algunos vecinos de esos que no quieren dar la cara pegaban carteles… y hoy se podrían pegar algunos carteles más, de esos que están dando vueltas y que no nos dejan bien parados como sociedad”, lamenta. “Salimos a aplaudir a las 9, pero a las 4 pusimos el cartel diciendo ‘si sos médico no te queremos acá’. Qué se yo. Está saliendo todo afuera, las partes escondidas de la gente salen, y por suerte también las buenas cosas”.

  • EL DÍA
  • 16 de abril 2020
  • por Pedro Garay